
Purpúreo al lamento en el reclinatorio de algún claustro vació
La tarde se llenan de orificios donde entran a moral las sombras
La lasitud inquietud en la lucha
Interminables desvelos
Me queda la pared vetusta descarnada
Que alguna madre serba trepo
Cubierta de armonía la opera inconclusa
Color a este lienzo mil veces restaurado
Originando patios cargado de solicitudes
Reclamo al gorrión desolado
Que se restregaba los cristales rotos en la cara viendo como sagrada
Que no recordaba su sabor
Introdujo sus garras en el vientre para arrancar la vida
No sabía que era su propia